Tengo dos motivos especiales para evocar al pianista Alexis Weissenberg fallecido el 8 de enero en Lugano tras una larga enfermedad que le impidió tocar el piano durante muchos años.
Fue uno de los que demostró que la música clásica no había de ser el coto privado de unas élites y que había que acabar de una vez para siempre con esa dicotomía "cultura popular- cultura culta" (notemos que existe una imposibilidad de decir en español lo que dice la expresión francesa "culture savante"). Y contribuyó al descubrimiento de la música clásica por el gran público francés con Jacques Chancel y sus programas en la tele y la radio, de eso me acuerdo precisamente cuando era niña y adolescente.
Otra razón que descubrí hace poco tomando apuntes para el viaje de estudio de las Prepas 2012 es que Alexis Weissenberg que tanto viajó, por Europa, las Américas y Asia por razones profesionales y también históricas, que conoció a tantos músicos y directores de orquestas como Karajan, Bernstein, Solti, Giulini, Ozawa... vivió durante cinco años en Madrid y allí se casó: hasta me parece que dos hijas suyas viven en esa ciudad a donde vamos en marzo. La cultura y Madrid... dos motivos para rendirle homenaje a Alexis Weissenberg.
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