Hola a todos, estudiantes de ayer, hoy y mañana...

Bienvenido/a en el blog dedicado a la enseñanza del castellano en clases preparatorias del Instituto Saint-Exupéry de Mantes-La-Jolie. Abre los ojos y lo encontrarás todo: programas de literatura y civilización, enlaces para artículos, vídeos o fotogalerías, consejos de lecturas, ideas para ver películas o escuchar música, proyectos culturales a gran escala, diarios y testimonios de estudiantes, sin olvidar unas correcciones...

mercredi 21 décembre 2016

España el segundo país con más desaparecidos

La lecture puis l'analyse de Jeanne (ECE1) dans le cadre d'un DS tiré d'un article publié dans El Boletín:
http://www.elboletin.com/nacional/138822/espana-segundo-pais-mas-desaparecidos.html


1- 
         Entre 1936 y 1975, España conoció el franquismo represivo que dejó muchos rastros como las numerosas desapariciones. Ahora el Estado español tiene un deber de memoria, pero ¿cuál es la realidad?

         Hoy la cifra oficial de desaparecidos es 114.226. Sin embargo, según el periodista, el Estado se ha olvidado de los 30.000 bebés. La cifra real sería más bien 200.000 desaparecidos. Así el Estado parece minimizar las desapariciones del franquismo. Además Europa reconoce la falta de memoria histórica del gobierno. Critica el hecho de que España no tenga cifras oficiales y no respete las expectativas de las familias en materia de justicia y memoria. El columnista añade que las asociaciones y las organizaciones como la ONU reconocen que el Estado español no ha cumplido el papel de búsqueda de las víctimas y que, desde la muerte de Franco, los gobiernos se han mostrado totalmente pasivos.

        Al fin y al cabo, aunque España es el segundo paía del mundo con más desaparecidos, no se compromete nada para castigar los crímenes del pasado.


2-

        Los gobiernos que han sucedido al franquismo represivo del Generalísimo han destacado por su pasividad y una falta de justicia y memoria respecto a las víctimas inocentes de ese periodo. Hoy España tiene que actuar, a la vez en nombre de los desaparecidos y de las familias que han sufrido y siguen sufriendo. Pero ¿qué tendría que hacer España?

       Para acelerar el reconocimiento de los crímenes de lesa humanidad cometidos entre 1936 y 1975, el Estado español tendría que empezar por abrir todas las fosas comunes y hacer un trabajo de búsqueda de los desaperecidos en el contexto de represión. En efecto el gobierno de Rajoy no se da cuenta de que muchas familias siguen sufriendo porque no saben dónde está el cuerpo de su familiar y no tienen el apoyo oficial de un Estado que prefiere delegar. Eso permitiría también tener cifras oficiales.

      Además el Estado debería reconocer los crímenes de la dictadura y juzgar a los responsables que provocaron muertes, fusilamientos y despariciones forzadas. Sin olvidar la necesidad de cambiar el callejero, o sea los nombres de todas las calles que llevan el apellido de algún partidario del franquismo. Ver cada día el nombre del asesino de un familiar resulta insoportable para las familias.

         Por fin el Estado tendría que responder a algunas expectativas de las asociaciones como el Foro por la Memoria que pide la transformación en museo del Valle de los Caídos donde están enterrados Franco y Primo de Rivera. Todo lo que piden las asociaciones y las familias es que el Estado cumpla sus obligaciones y retire todos los símbolos vergonzosos  que indican que queda en España un "franquismo inconsciente".  

         Al fin y al cabo, lo que necesitan los españoles son unos políticos algo más valientes y honestos y un Estado no pasivo sino activo en todas las cuestiones de memoria.     

dimanche 11 décembre 2016

Venezuela y Mercosur



Fractura regional

Diez años tras su petición de adhesión al Mercosur, Venezuela está contemplando su salida forzosa cuando se multiplican en el país los casos de afrenta a los derechos fundamentales.

Fue primero la decisión que tomaron los miembros históricos del Mercado Común del Sur de quitarle a Maduro la presidencia pro témpore. Y luego el debate sobre la posible expulsión definitiva de la República Bolivariana. Los motivos son dos : Lo que se dice en voz alta es que la situación de casi hiperinflación ahoga a los venezolanos y demuestra que el gobierno chavista no cumple con los requisitos económicos que impone la integración. Pero lo que se añade en voz baja es que el Mercosur se está rompiendo con enfrentamientos sobre la conducta que adoptar para obligar a Maduro a aceptar la idea de un referéndum revocatorio y la liberación de los presos políticos.

Si Paraguay quiere excluir a Venezuela por el mismo motivo que fue suspendido en 2012 tras el desplazamiento de su presidente Fernando Lugo, una suspensión que pidieron Cristina Kirchner y Lula da Silva y que le permitió a Chávez integrar el mercado, el Brasil de Temer quiere más moderación, lo que se explica fácilmente tras la destitución de Dilma Rousseff que ciertos consideran como una afrenta a la democracia. En cuanto a Uruguay, el ala bolivariana de la coalición que empujó a Tabaré Vázquez a ocupar de nuevo la presidencia, sigue respaldando a Maduro.

Se va reduciendo el espacio en el que puede maniobrar Venezuela. Casi echado del Mercosur, se mantiene mal que bien en Unasur gracias al apoyo de Ecuador y Bolivia, a la espera de los EE UU y a la intervención de ciertas personalidades políticas como el ex presidente de gobierno español Zapatero.

Y es precisamente de éste, o sea el ex Presidente socialista, del que yo quisiera hablar porque me hago la pregunta siguiente : ¿Cómo el dirigente que participó en la cumbre iberoamericana en Santiago de Chile en la que intentó acallar a Chávez, el que ocupó la Presidencia europea no dejando ningún recuerdo, cómo puede hoy desempeñar ese papel de moderador en América del Sur ?

A ti te toca…

dimanche 4 décembre 2016

Ferocidades de la Transición




Síntesis

Sobre la Transición Democrática que tuvo lugar en España tras la muerte de Franco quedan unas páginas sin escribir. De ahí la publicación reciente de un libro de 800 páginas con más de 500 referencias y 133 páginas de notas que le permite al historiador Xavier Casals participar en el debate sobre el supuesto pacifismo de dicha Transición y atacar el mito de una transición « ejemplar y exportable ».

En efecto lo que recuerda Casals es que el paso de la dictadura a la democracia se hizo en un clima especialmente violento, « feroz » se puede decir, con las actividades de los numerosos grupos derechistas e izquierdistas dispuestos al enfrentamiento con el fin de desestabilizar un Estado en vías de construcción y de imponer su propia visión de España marcada por los fascismos y totalitarismos o por los nacionalismos. Con el saldo terrible de unas 700 víctimas mortales en unas 3 200 acciones conflictivas entre 1975 y 1982 como el episodio de Montejurra, el atentado contra la sala Scala de Barcelona, la tentativa de asesinato contra Cubillo o la matanza de Atocha. Sin olvidar, claro, el 23-F, los crímenes cometidos por los nacionalistas catalanes violentos o la propia violencia estatal ya que la Transición « de la Ley a la Ley » había mantenido el antiguo aparato policial con la figura emblemática del comisario Roberto Conesa.


Pero lo que destaca el historiador es que la ferocidad de los extremistas acabó siendo eliminada por el proceso que apoyaban los políticos convencidos de la necesidad del consenso así como los españoles que no podían aceptar el resurgir de las Dos Españas. Así que el Estado, encarnado por Juan Carlos I, lo hizo todo para someter todas las organizaciones parapoliciales o paramilitares y castigar todas las intentonas de restablecimiento del orden franquista. Por la misma razón el desconocido que era Suárez logró convencer tanto a la derecha legalista como a la oposición histórica de la necesidad de la reforma y la negociación. Sin manipular, Suárez supo aprovechar ese contexto para acercar pareceres opuestos y alejar los extremismos : Un ejemplo fue la matanza de Atocha que aceleró la legalización del Partido Comunista de España en 1977. Otros ejemplos, Montejurra y el atentado en la Scala de Barcelona, alejaron el carlismo y el anarquismo del escenario político de primer plano. Por fin, Casals justifica ciertos artículos de la Constitución por esos acontecimientos violentos : especialmente el trato fiscal distinto para Canarias, Euskadi y Navarra o la presencia garante del Ejército.




Lo que fue silenciado dutante los años de la Transición e incluso hasta entrado el siglo XXI es hoy objeto de estudios. Dentro de poco, el lector español aprenderá más sobre las acciones turbias de ciertos miembros del Estado que pertenecían al antiguo aparato policial franquista o sobre ciertos acontecimientos cuyos sumarios se han « perdido » en los archivos.