En 1901, Cuba se vuelve independiente. Unas décadas después, el régimen dictatorial del
general Batista marca la vida política de la isla. En 1959, con la ayuda del
Che, Fidel logra expulsar a Batista. En 1961, después de la nacionalización de
los bienes estadounidenses y la invasión de la Bahía de los Cochinos, Castro opta
francamente por la Unión Soviética y se
proclama marxista-leninista. Desde la muerte del Líder Máximo, ¿Qué futuro para
las relaciones entre Cuba y Estados Unidos?
En marzo de 2016, el presidente Obama viaja a La Habana, siendo ésta la
primera visita oficial de un presidente estadounidense desde la crisis de los
misiles de Cuba (1962). La visita tenía como objetivo el acelerar el proceso de
normalización de las relaciones entre Washington y Cuba, y, probablemente, la
liberalización de la isla, hasta económicamente. El interés para ambas naciones
es una evidencia... Barack Obama visitó luego a Argentina, pieza clave de la
región tras la victoria de Mauricio Macri y el deseo de éste de acelerar la
suspensión de Venezuela del Mercosur y de acercarse a la Alianza del Pacífico.
En esos momentos América Latina parecía ser de nuevo una de las prioridades de
Washington.
Pero la elección de Donald Trump lo ha cambiado todo. De hecho, ha amenazado
a Cuba con cancelar la suspensión del embargo si la isla no ofrece condiciones
mejores, en particular en relación con la economía de mercado. Pero las
exigencias de Donald Trump son muy borrosas y arrojan dudas sobre las futuras
relaciones entre Cuba y Estados Unidos. ¿Cómo logrará definir una política
clara respecto a Cuba cuando entre los senadores republicanos más opuestos a su
programa y su personalidad están ciertos cubano-americanos como Ted Cruz,
candidato a las elecciones primarias republicanas de 2016. El padre de Ted Cruz
participó en la revolución cubana cuando tenía catorce años sin saber que
Castro era comunista y que el régimen castrista generaría encarcelamientos y
torturas como la de su hermana.
Si las relaciones entre Estados Unidos y Cuba son tema clave para todo el
continente americano y eso más por razones políticas y simbólicas que
económicas, resulta difícil imaginarlas tras la elección de un presidente tan
despreciativo con los hispanos y los latinoamericanos. Veremos si Moisés Naím tiene
razón cuando prevé la imposibilidad para Trump de hacer todo lo que anunció
cuando candidato: Ojalá le afecte a él también el “síndrome de Guantánamo”…
Badr G. (EC2)
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