Dos años después del encuentro Macri-Vargas Llosa en la Casa de América de Madrid, la situación de la integración latinoamericana sigue siendo frágil.
Para Macri, dicha integración económica permite a los países salir adelante y protegerse ante el proteccionismo. Esta es una razón esencial para seguir con ella.
Además la integración incita al acercamiento entre los países latinoamericanos y así mejora su protagonismo al nivel mundial. Por eso resultará más fácil firmar tratados comerciales con las grandes potencias como la Unión Europea o las naciones de la Cuenca del Pacífico.
Vargas LLosa y Macri defienden también la integración por ser la mejor respuesta al proteccionismo de Trump: una cohesión entre naciones es sencial para luchar contra ese efecto que se cierne sobre el mundo. Con un poder económico afirmado, América Latina puede negociar intercambios benéficos y quizás obtener un derecho de vetar como los Estados Unidos.
Cuanta más integración haya en América Latina, más progresos hará el subcontinente.
En noviembre tuvo lugar en Argentina una Cumbre entre dirigentes sobre Mercosur en la que se hicieron patentes las dudas y los temores de los mandatarios en torno al futuro del tratado con la llegada al poder del brasileño Jair Bolsonaro. Así una se puede preguntar sobre lo que tienen que hacer los latinoamericanos con su "declinante integración".
El continente latinoamericano está dividido, no existe suficiente solidaridad entre los países, lo que resulta problemático para instaurar una integración más eficiente.Eso se ve por ejemplo frente a la crisis venezolana, es ya cierto que ciertos países apoyaron a los migrantes pero otros no los ayudaron realmente. Se ha visto claramente que un venezolano pobre tiene muchas más dificultades para entrar en México ya que el país solo quiere acoger a los educados y adinerados. Eso explica por qué México ha querido endurecer sus criterios de resisdencia para los migrantes.
Además los latinoamericanos tienen que consolidar o renegociar los tratados comerciales para que los sostengan todos los países del bloque. En efecto un acuerdo con ventajas para todos será más respetado y conservado por las naciones que actuarán para preservarlo.
El reto mayor sigue siendo reducir las desigualdades y la pobreza. Queda claro que cumplir con obligaciones internacionales resulta difícil e incluso imposible para un país que sufre una situación nacional pésima.
A fin de cuentas, lo que resulta más urgente para los latinoamericanos es acercarse, zanjar los problemas de desigualdades y pobreza y profundizar en la integración planteando de una vez para siempre la cuestión de las migraciones ligadas con las realidades políticas o medioambientales.
HABI S. (ECE2)
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