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lundi 14 janvier 2019

Víctor Lapuente saluda a Sánchez, Casado y Rivera en una columna publicada en El País

El orden constitucional en España tiene dos amenazas: el independentismo catalán y el auge de la extrema derecha. Obviamente, no soy equidistante. No pretendo equiparar ambas afrentas. ¡Ni punto de comparación! Unos son unos malvados que quieren romper la España que hemos construido desde la Transición y los otros están desencaminados, pero, en el fondo, son unos demócratas. Eso sí, dejo a discreción del lector decidir quiénes son los más peligrosos, porque seguramente la mitad dirá que los secesionistas y, la otra mitad, la ultraderecha.
Pero lo cierto es que tenemos dos opciones: seguir con las rutinas parlamentarias, minimizando el impacto de los extremistas, o paralizar la vida política hasta que desaparezcan. Es lo que llevan años intentando en Francia o Suecia, erigiendo cordones sanitarios contra los partidos radicales. Y el resultado es doblemente preocupante. Primero, una extrema derecha aislada, y que, por tanto, se presenta como víctima del sistema, crece más rápido que una extrema derecha normalizada, que invariablemente se autodomestica al tocar poder.
Segundo, el precio de boicotear a los radicales es renunciar a la alternancia entre izquierdas y derechas. La unión de partidos de centro-izquierda y centro-derecha hace que Francia y Suecia disfruten ahora de Gobiernos socioliberales internacionalmente alabados, aunque internamente cuestionados. Y que, si cometen cualquier error, serán devorados por la ultraderecha, convertida ya en la oposición efectiva. Suecos y franceses se lo juegan todo a una carta, con unos Gobiernos centristas que son el último muro de contención frente a los radicales.
Por suerte, Sánchez, Casado y Rivera, a pesar de las críticas brutales que les están cayendo (muchas, cruzadas entre ellos mismos), se empeñan en mantener la alternancia política. Están actuando de forma pragmática, Sánchez en la negociación de los Presupuestos Generales, y Casado y Rivera en la investidura andaluza: saquemos tajada de la debilidad de unas formaciones radicalizadas que no tienen otra salida que entregarnos los votos prácticamente gratis. Da igual lo que vendan a futuro los independentistas o Vox: ninguna propuesta anticonstitucional saldrá adelante en el Parlamento español o el andaluz.
Sí, PSOE, PP y Ciudadanos quieren gobernar a toda costa. Y, sí, ese es el mejor antídoto contra quienes se alimentan del desgobierno. @VictorLapuente

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