Lo que está ocurriendo en Venezuela es una triple crisis: política, económica y humanitaria. Esa crisis perdura desde la llegada del sucesor de Hugo Chávez: Nicolás Maduro. Para explicar los motivos y los factores de tal tragedia, hay que analizar la evolución del conflicto desde 2013.
Hace quince años, Venezuela era un país con mucha prosperidad económica hasta tal punto que era el país más rico de América Latina con las reservas de petrólero mayores del mundo. La renta petrolera le permitió a Chávez financiar programas sociales - las Misiones - para ayudar a los desfavorecidos y eso explica su gran popularidad en el país. Poca gente está en efecto dispuesta a reconocer que Chávez es tan responsable como Maduro de lo que está pasando hoy. Lamentablemente, después de su muerte y la llegada de su sucesor Nicolás Maduro, han cambiado las cosas. El problema es que la economía venezolana se basa casi exclusivamente en la industria petrolera y las inversiones que necesitan los otros sectores no se han hecho. Además los precios del crudo se han reducido mucho amenazando los programas sociales y generando miseria e inseguridad. Sin olvidar que la hiperinflación ha acentuado la pobreza y les impide a los venezolanos acceder a los productos básicos como el pan o la leche.
Por consiguiente la oposición contra el gobierno es cada vez más activa y eso provoca una represión cada vez más violenta por parte de los militares. En efecto una oposición sólida se ha creado en el país: en primer lugar, existe la MUD (Mesa de la Unidad Democrática) mayoritaria en el Parlamento, lo que le ha impulsado a Maduro a formar un contrapoder con la Asamblea Constituyente. En la oposición moderada están Julio Borges y Henrique Capriles que quieren destituir constitucionalmente a Maduro. Luego está la oposición más radical dirigida por Leopoldo López y su formación "La Salida" apoyada por grupos de jóvenes violentos como "La Resistencia" que piensan que la violencia es legítima frente a un Poder injusto. Hoy, con Guaidó, el Presidente del Parlamento que se ha autoproclamado Presidente interino de Venezuela, la oposición entrevé la victoria y la posibilidad de acabar con Maduro. Además el apoyo de grandes naciones como los EE UU y la UE es un buen presagio para el futuro del país.
El futuro de Venezuela dependerá de la maniobra estadounidense que ha de intervenir sin repetir los errores de las ingerencias del siglo XX, de los dos bloques latinoamericanos - Chile, Argentina, Brasil contra México, Uruguay y Cuba - que no comparten los mismos pareceres acerca de la salida de crisis. A ver también qué será la postura final de la UE si Maduro se niega a convocar nuevos comicios con asesoría extranjera.
Louis DC (ECE2)
Louis DC (ECE2)