Sélection des essais les plus talentueux des EC2 à la veille des concours.
Synthèse de Paul (Epreuve CCIP, article de El País sur les manifestations brésiliennes du dimanche 15 mars)
Las manifestaciones del 2013 marcaron a Brasil por su fuerza, pero las del "15/15" serán, según El País, un giro aún más importante porque el contexto actual no tiene nada que ver con el del 2013.
Los brasileños no sólo se manifiestan esta vez a favor de una mejora económica o salarial, o sea reivindicaciones tradicionales, sino que rechazan también al equipo gubernamental dirigido por Dilma Rousseff que no logra frenar la recesión o la inflación que afectan a los más pobres, ni el deterioro de los servicios públicos cuya calidad no está justificada dado el nivel de los impuestos, sin olvidar la ola de corrupción masiva.
El Partido de los Trabajadores se enfrenta con una crisis de credibilidad, lo que parece lógico: el pueblo se da cuenta de que la campaña de Rousseff estaba llena de mentiras. Ahora, cualquiera promesa que haga la presidenta, la considerarán como una mentira, lo que alimentará aún más la ira popular. Este contexto explica que esta protesta sea un giro: con ella surge de nuevo el fantasma de lo antidemocrático que había desaparecido en la del 2013 gracias a la unión nacional y la esperanza en un futuro mejor.
Ojalá los brasileños sepan recordar las horas negras de su historia y manifestarse fuerte pero pacíficamente, para lograr alcanzar su meta sin derivas autoritarias.
Según Usted, ¿qué necesitan los iberoamericanos para sentirse definitivamente libres y orgullosos?
Comentario personal de Amir...
En Marzo de 2015, las autoridades mexicanas han tomado la decisión de darle 14 millones de dólares a Sony para que se cambie la historia del último James Bond que hubiera dado una mala imagen de México con el narco. México es, como el subcontinente, una nación enferma que se avergüenza de su situación. Pero México no puede cambiar su imagen con millones de dólares. Se necesita un cambio profundo de mentalidades y reformas desde un punto de vista político y social.
Desde un punto de vista político, existen democracias en América Latina desde los años ochenta pero son imperfectas. Así perduran problemas de corrupción que no permiten el desarrollo global. Existe también una falta de diversidad política. En Venezuela por ejemplo, los opositores como Capriles o Leopoldo López son víctimas de persecuciones. Hay que cambiar todo eso.
Socialmente, el trabajo periodístico está muy amenazado en Ecuador, Argentina o Cuba. Siempre se corre el riesgo de pasar de la información a la propaganda. Asimismo, el derecho a manifestarse ya no es tan evidente como lo ilustró la represión de la protesta juvenil en Caracas e incluso en Chile que tiene, a pesar de todo, fama de nación estable. Claramente hay que obtener más libertad social.
Así que ese continente enfermo tiene que tomar la medicina de la libertad, de la justicia y de la democracia real para curar la enfermedad del totalitarismo y el populismo.
... Y el de Julie
Latinoamérica conoció largos años de dictadura, incluso en Brasil donde vivieron 20 años de totalitarismo. Esos tiempos fueron una tragedia para los latinoamericanos. Miles de personas fueron quemadas, matadas, raptadas y torturadas. La corrupción y la lucha contra los opositores eran el escenario global.
Afortunadamente se acabaron esos regímenes a finales de los años 80 y la mayor parte de América Latina se ha convertido en sistemas democráticos. Pero se ve que dichas democracias quedan aún imperfectas.
En los 80, la afirmación de la justicia universal fue un gran paso adelante. Considerar los crímenes cometidos bajo las dictaduras como crímenes de lesa humanidad fue una victoria y un acto necesario e imprescindible de las transiciones democráticas.
Hoy en día, pâra que se sientan definitivamente libres y orgullosos los iberoamericanos, deben vivir en naciones que respeten los derechos fundamentales: libertad de prensa y de manifestarse ante todo. El trágico Caso Iguala en México denuncia un crimen en contra de la humanidad.
El reto mayor en el subcontinente sigue siendo la estabilidad política con dirigentes comprometidos en la lucha contra la corrupción y la impunidad. Las naciones necesitan de mandatarios modélicos que busquen la verdad cuando se cometen afrentas a los derechos humanos.
Los brasileños no sólo se manifiestan esta vez a favor de una mejora económica o salarial, o sea reivindicaciones tradicionales, sino que rechazan también al equipo gubernamental dirigido por Dilma Rousseff que no logra frenar la recesión o la inflación que afectan a los más pobres, ni el deterioro de los servicios públicos cuya calidad no está justificada dado el nivel de los impuestos, sin olvidar la ola de corrupción masiva.
El Partido de los Trabajadores se enfrenta con una crisis de credibilidad, lo que parece lógico: el pueblo se da cuenta de que la campaña de Rousseff estaba llena de mentiras. Ahora, cualquiera promesa que haga la presidenta, la considerarán como una mentira, lo que alimentará aún más la ira popular. Este contexto explica que esta protesta sea un giro: con ella surge de nuevo el fantasma de lo antidemocrático que había desaparecido en la del 2013 gracias a la unión nacional y la esperanza en un futuro mejor.
Ojalá los brasileños sepan recordar las horas negras de su historia y manifestarse fuerte pero pacíficamente, para lograr alcanzar su meta sin derivas autoritarias.
Según Usted, ¿qué necesitan los iberoamericanos para sentirse definitivamente libres y orgullosos?
Comentario personal de Amir...
En Marzo de 2015, las autoridades mexicanas han tomado la decisión de darle 14 millones de dólares a Sony para que se cambie la historia del último James Bond que hubiera dado una mala imagen de México con el narco. México es, como el subcontinente, una nación enferma que se avergüenza de su situación. Pero México no puede cambiar su imagen con millones de dólares. Se necesita un cambio profundo de mentalidades y reformas desde un punto de vista político y social.
Desde un punto de vista político, existen democracias en América Latina desde los años ochenta pero son imperfectas. Así perduran problemas de corrupción que no permiten el desarrollo global. Existe también una falta de diversidad política. En Venezuela por ejemplo, los opositores como Capriles o Leopoldo López son víctimas de persecuciones. Hay que cambiar todo eso.
Socialmente, el trabajo periodístico está muy amenazado en Ecuador, Argentina o Cuba. Siempre se corre el riesgo de pasar de la información a la propaganda. Asimismo, el derecho a manifestarse ya no es tan evidente como lo ilustró la represión de la protesta juvenil en Caracas e incluso en Chile que tiene, a pesar de todo, fama de nación estable. Claramente hay que obtener más libertad social.
Así que ese continente enfermo tiene que tomar la medicina de la libertad, de la justicia y de la democracia real para curar la enfermedad del totalitarismo y el populismo.
... Y el de Julie
Latinoamérica conoció largos años de dictadura, incluso en Brasil donde vivieron 20 años de totalitarismo. Esos tiempos fueron una tragedia para los latinoamericanos. Miles de personas fueron quemadas, matadas, raptadas y torturadas. La corrupción y la lucha contra los opositores eran el escenario global.
Afortunadamente se acabaron esos regímenes a finales de los años 80 y la mayor parte de América Latina se ha convertido en sistemas democráticos. Pero se ve que dichas democracias quedan aún imperfectas.
En los 80, la afirmación de la justicia universal fue un gran paso adelante. Considerar los crímenes cometidos bajo las dictaduras como crímenes de lesa humanidad fue una victoria y un acto necesario e imprescindible de las transiciones democráticas.
Hoy en día, pâra que se sientan definitivamente libres y orgullosos los iberoamericanos, deben vivir en naciones que respeten los derechos fundamentales: libertad de prensa y de manifestarse ante todo. El trágico Caso Iguala en México denuncia un crimen en contra de la humanidad.
El reto mayor en el subcontinente sigue siendo la estabilidad política con dirigentes comprometidos en la lucha contra la corrupción y la impunidad. Las naciones necesitan de mandatarios modélicos que busquen la verdad cuando se cometen afrentas a los derechos humanos.