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samedi 8 avril 2017

¿Reforma para la cuestión catalana?

     Las elecciones autonómicas de 2010 y la Diada de 2012 plantearon de nuevo la cuestión catalana con el auge vertiginoso de un fuerte espíritu de independencia, de ruptura y desconexión respecto a España. Sin embargo el problema de Catalunya ya existía en los años ochenta. Veremos pues cómo éste se ha convertido en el desafío mayor de la España actual.

     A partir de 1978, la Carta Magna garantizó en España el Estado de Autonomías. Mientras que el catalanismo político clásico permitió que Catalunya alcanzara objetivos razonables a partir de la Transición Democrática como el obtener - siempre en la base del consenso - amplias competencias políticas, lingüísticas y culturales, se desarrolló un fuerte nacionalismo catalán impulsado por CiU que gobernaba la Generalitat con el líder carismático Jordi Pujol. Desde hace 35 años, España debe hacer frente a las exigencias de los partidos nacionalistas catalanes que han intentado crear las condiciones de una conciencia nacionalista con la finalidad de separarse de las demás CC AA. Ahora parte de la población catalana se ha hecho víctima de un adoctrinamiento instrumentalizado por los media y la escuela, y el independentismo catalán se desarrolla cada vez más, particularmente a causa de la crisis económica. La cuestión catalana es hoy un problema mayor para España pues supone una potencial reforma de la Constitución, lo que exige un esfuerzo común cuando los separatistas ya no se interesan en un futuro junto al Estado central considerado como opresor y derrochador.

     Al fin y al cabo, aunque el independentismo no se revela mayoritario en las elecciones catalanas, esa cuestión es, a pesar de todo, importantísima en España, dado que se trata de un nacionalismo basado en mentiras y falsedades - especialmente en el dominio fiscal - que hay que seguir combatiendo en las urnas.

Jeanne S. (EC1)
Según un artículo de Francesc de Carreras publicado en La Vanguardia (28.12.2016)

 
     Aunque Iñaki Gabilondo considera la reforma de la Constitución como una "ilusión ilusa" al recordar que tal proceso necesita diálogo permanente, base consensual y deseo de compartir un futuro común - lo que parece haber desaparecido actualmente entre el Estado central y los separatistas catalanes - la verdad es que la Carta Magna necesita adaptarse a las nuevas exigencias de la sociedad española. Yo dejaré de lado la cuestión de la sucesión al trono que Felipe VI ha planteado en parte al designar ya a Leonor como Princesa de Asturias para interesarme en la necesidad imperiosa de la reforma del Estado de Autonomías.

     La propuesta que hizo la Constitución de 1978 se inscribía en el contexto de la Transición Democrática, tras casi cuarenta de centralismo franquista que había congelado los primeros intentos de descentralización republicana. El Estado de Autonomías pretendía proponer un término medio entre la afirmación del carácter "indivisible" de la nación española y el reconocimiento de las especificidades culturales arraigadas en la lejana historia peninsular. Lo más progresista del proyecto era considerar que ya no existían derechos particulares a la Autonomía sino que se podía imaginar una nueva organización territorial con competencias que negociar entre el Estado central y las CC AA que se fueron  creando por vía rápida en cuanto a las comunidades históricas y por vía lenta para las otras. Casi cuarenta años después, se ha alejado el espíritu de la Transición consensual y el Estado de Autonomías se hace el blanco de muchas críticas: trazado injusto de las fronteras que borraba ciertas aspiraciones como la de los leoneses, multiplicación de la corrupción con la creación de un nivel más de autogobierno, auge de los partidos nacionalistas con el fin de instrumentalizar el "hecho diferencial", propensión de las comunidades históricas a exigir siempre más en nombre del "nunca menos que ellos"...

     Claro que desde 2010 los separatistas catalanes esultan muy presentes en todos los canales que les permiten defender el proyecto del referéndum sobre la independencia de Catalunya cuando en el País Vasco la opción radical parece ceder terreno. Sin embargo lo que parece considerar la mayoría de los catalanes entre los que están los castellanoparlantes y cuantos forasteros viven en Cataluña por varias razones es que el proceso separatista impulsado por Artur Mas y Carles Puigdemont parece seductor pero peligroso. Seductor ya que se basa en unas referencias permanentes a las injusticias fiscales y económicas de las que sería víctima Cataluña y peligroso porque nadie es capaz de indicar claramente lo que sería el futuro de Cataluña en la UE. El Catexit no puede ser el Brexit. En ese clima de incertidumbres y tensiones y con el temor a la "balcanización" de España, resulta evidente que la reforma ya no es una opción para los que optan por la secesión pero quedan los otros, ¿no?

     Por eso parece hoy urgente que el Estado central tome un nuevo rumbo para salvar lo que puede salvar del modelo ideado en 1978 mediante una reflexión global sobre lo que se puede mejorar en el sistema. Así sería necesario encontrar de nuevo el camino de la negociación para alcanzar un mayor nivel de autogobierno para todas las CC AA con el traspaso de nuevas comptencias en el dominio fiscal o/y jurídico con la meta de otorgar los mismos derechos a todos los territorios. Eso conduciría forzosamente o no a la creación de otro tipo de Estado, quizá no un Estado de Autonomías sino un Estado de tipo federal capaz de regular las varias iniciativas. Para alcanzar tal objetivo resulta imprescindible abrir más espacios de negociaciones y debates entre el Estado y las CC AA y sin duda darle más realce al proyecto de José Luis Zapatero de Conferencias de los Presidentes Autonómicos que arrancó en 2004. Otro espacio de debates se haría el Senado, ideado como cámara de diálogo y debate institucionalizado (sobre la política de España y sus relaciones con la UE) para mantener la cohesión más allá de los particularismos que generan conflictos. Yo estoy entre los que piensan que un "Bundesrat español" es posible.

     Pero yo no soy española y la verdad es que los sondeos más recientes muestran que la propuesta de cambio constitucional dirigida hacia la formación de un Estado federal resulta, desde la perspectiva de la opinión pública, divisiva, con dos grupos empatados al 50% si se excluye a los que no tienen opinión. Es improbable que logre su objetivo de canalizar el conflicto en Cataluña obteniendo a la vez un consenso social en el resto de España. Estos son los resultados ahora, cuando los que proponen esa reforma federal no han pasado a la fase de concretarla y se presenta solamente como un lema de los partidos de izquierda, como si la fórmula federal implicase obviamente alguna distribución específica de competencias. Si este debate llegase a plantearse efectivamente y hubiera que dar respuesta a las preguntas clave, por ejemplo ¿tendrán los eventuales Estados federados más o menos competencia que las actuales Comunidades Autónomas? o ¿tendrán todos ellos la misma competencia sobre sus ingresos fiscales que tienen ahora el País Vasco y Navarra?, los ejes del debate pasarían a ser otros, básicamente los mismos que llevan tantos años ocupando el espacio público de la discusión sobre la ordenación territorial del Estado. Al hilo de eso hay que recordar que, excluyendo a Cataluña, en la media del resto del territorio español los “centralistas” (27%) superan en número a los “descentralizadores” (22%) y que la mayor parte (43%) prefiere dejar las cosas como están.

     Son precisamente esos resultados los que permiten comprender la situación de bloqueo en la que parece encontrarse España actualmente. Mientras no evolucione la reflexión al nivel nacional sobre lo que ha de ser España dentro de 10 o 20 años, no avanzará el proyecto reformador. Ojalá el proyecto de ruptura de los nacionalistas catalanes no conduzca entretanto al divorcio definitivo.

EDM

http://www.elperiodico.com/es/noticias/politica/anteriores-conferencias-presidentes-autonomicos-5732532 

http://www.lavozdegalicia.es/noticia/galicia/2017/01/17/cataluna-pais-vasco-boicotearan-hoy-cumbre-presidentes-autonomicos/0003_201701G17P6991.htm 

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