Hola a todos, estudiantes de ayer, hoy y mañana...

Bienvenido/a en el blog dedicado a la enseñanza del castellano en clases preparatorias del Instituto Saint-Exupéry de Mantes-La-Jolie. Abre los ojos y lo encontrarás todo: programas de literatura y civilización, enlaces para artículos, vídeos o fotogalerías, consejos de lecturas, ideas para ver películas o escuchar música, proyectos culturales a gran escala, diarios y testimonios de estudiantes, sin olvidar unas correcciones...

mercredi 25 mars 2020

Un autor colombiano Premio Nobel de Literatura en 1982







El discurso que pronunció Gabriel García Márquez en 1982 es un texto encantador, personalísimo como toda la obra del colombiano, fascinante por diferentes razones: 

·         Primero porque surge el tema de la « soledad ». Pensemos en su novela Cien Años de Soledad, una de las obras maestras del Boom latinoamericano, representativa del « realismo mágico », publicada en 1967, traducida a 35 lenguas y vendida a 30 millones de ejemplares. Notemos la autocita al final del discurso. Pero pensemos también en la obra del mexicano Octavio Paz, El Laberinto de la Soledad, ensayo publicado en 1950 en el que el poeta y filósofo mexicano remite al machismo, la sumisión y la apatía de los mexicanos que suelen ir siempre contra la corriente, desnudos y desprotegidos porque privados de la imagen materna. Ambos artistas consideran que América Latina es un continente enmarcado en la soledad individual, interna y colectiva, la soledad de « los de abajo » para usar una expresión que es también el título de una novela mexicana famosa de 1915, escrita por Mariano Azuela. 
     América Latina es también un continente solitario porque incomprensible para los europeos que lo miran con demasiados prejuicios, demasiado racionales para entender lo descomunal propio de América Latina. Un continente cercano ya que se redujeron las distancias pero lejano ya que persisten las incomprensiones ante una realidad tan diferente.
     Gabriel García Márquez insiste también en la noción de etapas históricas, recordando que las naciones latinoamericanas son naciones jóvenes y que el Viejo Continente también necesitó años y siglos para conquistar independencia, sentido democrático y respeto por la vida humana. Se alza a favor de una nueva independencia del subcontinente, después del proceso que tuvo lugar en el siglo XIX : una independencia mental y espiritual, o sea no ser un « alfil sin albedrío » condenado a reproducir los modelos europeos. Los objetivos pueden ser los mismos (democracia política, justicia social, acceso a la cultura) pero sin olvidar que los métodos serán diferentes porque son diferentes las condiciones.

·         Surge un segundo tema, el de la « demencia », tan presente en las novelas y los cuentos latinoamericanos. Su expresión máxima es la violencia desmedida de los gobernantes – caudillos, caciques, militares, presidentes – así como las injusticias cotidianas contra el pueblo con desapariciones, matanzas, torturas, adopciones forzadas, exilios impuestos… En realidad tal demencia proviene también de la « realidad descomunal, desaforada » de América que « sustenta un manantial de creación insaciable, pleno de desdicha y belleza » (de ahí el gusto de la literatura hispanoamericana por lo maravilloso y lo mágico), por ser la tierra de los mitos : Eldorado, la fuente de la eterna juventud, las 11 000 mulas cargadas de oro para el rescate de Atahualpa, las Amazonas... 
     Ya los conquistadores que escribían crónicas en las que contaban lo que descubrían, mezclaban el rigor de la observación con la fantasía de la imaginación. Es que en un primer tiempo no existían los términos « en castellano » para describir esas novedades : de ahí las descripciones fabulosas e increíbles. La tragedia del subcontinente proviene de ese antagonismo entre la belleza de los paisajes, de los hombres, de las culturas que generan confianza en el porvenir y las montruosidades que pueden causar la naturaleza o los hombres.

En este discurso, Gabriel García Márquez oscila entre desengaño (ante la propensión del subcontinente a la barbarie, al despotismo excéntrico, a los conflictos armados, ante el divorcio entre Estado y Nación, la incapacidad a instaurar regímenes realmente democráticos, ante la manipulación del pueblo, la debilidad de la democracia, la omnipresencia de la violencia, el índice preocupante de la mortalidad infantil…) y esperanza ya que confía en la juventud y la originalidad artística de los latinoamericanos.

 http://www.nobelprize.org/nobel_prizes/literature/laureates/1982/marquez-lecture-sp.html

 

dimanche 22 mars 2020

Une Khôlle fantastique


“Axolotl”, Julio Cortázar
Final del juego, 1956

     “Ahora soy un Axolotl”, de esta manera inesperada comienza el cuento de Julio Cortázar, desvelando ya el final del cuento. 

       Final del juego es el título del libro de cuentos del autor argentino Julio Cortázar, publicado en 1956 por la editorial mexicana Los Presentes que fue traducida a diferentes idiomas como el francés, inglés y hebreo y que ha sido estudiado por numerosos críticos, literatos y escritores en todos los idiomas. Lo que diferencia Axolotl de otros cuentos es la profundidad que revela sobre el alma y la conciencia humana. En efecto, el cuento comienza con el relato de un narrador en primera persona que cuenta como su obsesión por los ajolotes se convierte en una cierta condena del cuerpo del hombre transformándolo en el ajolote. El objeto de su obsesión se convierte en realidad cuando se transforma en este revelando una profunda verdad antológica sobre la identidad del hombre. Lo paradójico es que esta verdad ontológica del hombre se revela a través de la relación que se entabla entre lo animal y lo humano, es decir que lo que normalmente se suele oponer, el animal al hombre, en este cuento, de manera original, no solo se une sino que a través de esa misma unión, se desvela la verdadera identidad profunda, como el agua del acuario que visita el narrador, del hombre. Por eso  podemos preguntarnos, cómo este cuento refleja a través de “lo fantástico” la realidad ontológica que concierne al hombre como ser, demostrando a su vez el valor del cuento como género.

     Para profundizar en esta cuestión, veremos por una parte cómo esta realidad se refleja a través de la escritura que da una gran importancia a la mirada y a los ojos causando la pausa del tiempo, después analizaremos cómo, a través del prisma de la literatura, “lo fantástico” permite apreciar las variadas cualidades del cuento como género que abastece grandes problemas de la literatura y finalmente, desde un punto de vista más filosófico, veremos cómo esta realidad ontológica se encuentra a través de la idea y la trama del cuento en sí, proporcionando una verdad profunda e ignorada, sobre el hombre. 



     En efecto, se podría decir que la idea que prevalece en el cuento de Cortázar es que los ojos son la puerta de entrada al alma. El relato hace muchas veces foco en los ojos de este curioso animal y en el modo en que se mira con el protagonista. El guardián del acuario llega a decirle “Usted se los come con los ojos” y él reflexiona que era al revés, que ellos se lo comían. Así el tema de la mirada se explota de maneras diferentes : por una parte podríamos diferenciar la mirada de los otros visitantes del acuario y del guardián del acuario, que son superficiales, que se limitan a solamente mirar no los peces sino al narrador y su comportamiento, analizando como un “desequilibrado”, luego podemos discernir la mirada del narrador que podríamos calificar como una mirada que se profundiza progresivamente, ya que el narrador pasa poco a poco, de venir solo por las mañanas, a venir por las mañanas y las tardes, por ejemplo en el principio “me quedé una hora mirándoles y salí” comparado con “pegando mi cara al vidrio (a veces el guardián tosía, inquieto) buscaba ver” = no solo refleja la obsesión del narrador por estos seres misteriosos sino que revela su voluntad de querer ver mejor, más allá de la superficie. Y finalmente, la mirada de los ajolotes que es mucho más profunda, lo que podría ser paradójico considerando el hecho de que sean peces, y que generalmente se asocia la mirada de los peces  con el vacío, algo inexplorable, sin embargo en este cuento, es la mirada de los ajolote la que revela esta realidad antológica del hombre. Así, se retoma el lugar común que considera los ojos como la puerta de entrada al alma y se describe el interior de los axolotls como un “diáfano misterio interior”. Hay algo imposible de definir en su manera de mirar. Encima, el narrador precisa que “los ojos de los axolotl no tienen párpados” lo que se podría interpretar como una puerta eternamente  abierta al infinito que ocupa la interioridad de este ser y por consiguiente del hombre que se ve en él.
Esta mirada de los ajolotes también puede interpretarse como la mirada del artista en el mundo, de ahí que el narrador se convierta en un axolotl y al final del cuento vaya “a escribir sobre nosotros, creyendo imaginar un cuento”. En efecto, se sabe que los artistas y particularmente, en este caso, los escritores mantienen una relación particular con el mundo que los rodea, viendo cosas que el resto de gente no es capaz de apreciar, pero esas cosas a los ojos del escritor revelan una verdad profunda. En el caso de este cuento podríamos interpretar la mirada y el estudio de los ajolotes como la revelación de una verdad profunda relativa al hombre. Esta idea se puede profundizar con el hecho de que el narrador sea un hombre que se pasea por París, ciudad moderna del siglo xx, y describe minuciosamente, casi de manera naturalista, la ciudad y los ajolotes. Ej: “Bajé por el bulevar de Port-Royal, tomé St. Marcel y L ́Hôpital” + los axolotl son formas larvales, provistas de branquias, de una especie de batracios del género amblístoma.”.

      Podríamos entonces relacionar esta manera de mirar particular con la mirada del artista que según Emile Zola “hipertrofia” la realidad para dar al lector los elementos esenciales para comprender lo que le rodea. Sin embargo no podemos negar la dimensión fantástica del texto, que es lo que le otorga su originalidad.



      En efecto, es “lo fantástico” lo que permite apreciar e interpretar el cuento y lo que realza la originalidad y las cualidades del cuento como género literario. El axolotl es una salamandra que no alcanza su estado adulto, siempre conserva su forma larvaria. La palabra axolotl, y sobre todo la letra “x”, nos remite a México y a algunos apartes del texto, como “Que eran mexicanos lo sabía ya por ellos mismos.” Pero, nos evoca sobre todo la cultura azteca. Sabemos que Cortázar tenía una fascinación por los mundos antiguos que irrumpen en la realidad como metamorfosis de los personajes que podemos ver en este cuento. El mundo azteca, como los axolotls son entes olvidados que contrastan con la época en la que vive el protagonista. Vemos por ejemplo la mención de la roca, “la inexpresividad forzada de sus rostros de piedra”, y en la piedra rosa de la cabeza triangular se puede ver las ruinas y los viejos Ídolos de roca. La frecuente alusión hecha al oro: “ojos de oro, ojitos de oro, canibalismo de oro, resplandor dorado” nos transporta a ese mundo fantástico y mítico americano. Y esto, nos puede hacer pensar en una idea particular de la generación del boom a la que perteneció Julio Cortázar pero también Alejo Carpentier, quien aclaró que “lo real maravilloso” (habría que aclarar la diferencia entre “lo fantástico” y “lo real maravilloso”) era patrimonio americano pero algo que puede ser visto en todas partes, no es sorpresa ver que lo real maravilloso se toma las calles parisinas, de cierta manera vemos cómo a través de la literatura, América conquista a Europa, demostrando la particularidad y la originalidad de la literatura americana y afirmando así la propia identidad americana, independiente de la europea: Cortázar, tras Rubén Darío, es “el retorno de los galeones”. Sabiendo que la cuestión de la identidad es algo importante en el texto.
Así, el cuento no solamente engloba toda una historia en sí de manera condensada en apenas unas diez páginas sino que el tiempo es tratado en diferentes niveles. Como hemos visto, vemos el tiempo de la Historia, esa Historia que entrelaza los dos continentes, también podemos ver el tiempo de la Historia literaria en el concepto del cuento, la metamorfosis, que puede aludir a la literatura antigua, como por ejemplo la obra del escritor Ovidio, Las Metamorfosis, en las que el hombre se ve transformado en animal con el fin de descubrir otros tipos de vida realzando la insignificancia de estas vidas. Sin embargo, lo que otorga esa dimensión original a este cuento es que aquí la metamorfosis realza la insignificancia de la vida humana, pero también la del animal ya que el ajolote sueña con vivir en ese cuerpo superior que es el del hombre. Pero también podemos ver el tema del tiempo tratado en sí en el cuento, ya que vemos cómo, particularmente a través de la mirada, el tiempo se va desvaneciendo progresivamente, simbolizando la progresiva profundización de la búsqueda de identidad, de esa realidad ontológica. Pasamos de tener la directa referencia al tiempo: “Hubo un tiempo” y “ahora soy”, lo que demuestra que el tiempo transcurre, con unas referencias como “una hora”, “todas las mañanas y de tarde”, a la pausa del tiempo a través de la observación minuciosa de los peces, “abolir el espacio y el tiempo”. Y es esa pausa en el tiempo a través de la observación la que permite la introspección, la que nos permite desvelar esa búsqueda de la realidad ontológica que es la identidad.

      Esto nos permite ver la riqueza que el cuento como género puede proporcionar, se nos presenta como un juego entre las miradas, el tiempo y el espacio, y así podemos relacionar el título del libro “Final del juego” con el cuento, ya que es este juego aplicado por el cuento que nos permite descubrir el final, final del cuento y final, que se tienen que entender, como el posible final de la búsqueda ontológica.




      En efecto, lo que parece aún más interesante es que este cuento, a pesar de su brevedad y a través de “lo fantástico”, nos permite alcanzar una verdad ontológica sobre el hombre, la eterna búsqueda de la identidad, que aquí, paradójicamente se encuentra gracias a la metamorfosis del hombre en una larva, realzando posiblemente la absurdidad de la vida del hombre. Dos mundos relacionados pero incapaces de ponerse en contacto = realidad geográfica + el hombre y el sentido de la vida (filosófico + metamorfosis, la necesidad de extirparse de la realidad para entender mejor al hombre + paradoja entre larva y hombre, Pascal). Como ya hemos visto, la historia se desarrolla en París, por lo cual hablamos de un hombre moderno que es el protagonista, un hombre solo, tenue, metido en sí mismo, tal vez incomprendido y que busca en su soledad, quizás la salida de su laberinto interior atormentado por la ciudad, por el materialismo, etc.: Cortázar como autor marcado por el existencialismo es una evidencia ya que incluso redactó un ensayo sobre el tema. Y por eso se ve identificado con los axolotls que son seres solos, inmóviles, impenetrables, con una mirada insondable. Ve en ese axolotl –espejo- su identidad, se ve reflejado en uno de ellos, separados sutilmente por el vidrio. El cristal es la barrera que impide que el hombre encuentre su verdadero yo. El cristal del acuario puede simbolizar la manifestación del temor del hombre al descubrimiento de su vocación íntima, al discernimiento de sus pensamientos, a la búsqueda sin negación de libertad>  Pascal y “divertissement” = porque queremos evitar pensar en la muerte.
Así, la verdad ontológica revelada es la del alma en sí: El protagonista se da cuenta de que el axolotl tiene alma, y que esa alma es semejante a la suya y ambas reclaman comunicación, arrastra al hombre y al animal a la mutua unión, los dos quedarán finalmente atrapados.  Al enfrentarse, ambos toman consciencia de que poseen algo en común y que ese algo los identifica, más allá de las barreras física y mental. «Porque desde un primer momento comprendí que estábamos vinculados, que algo infinitamente perdido y distante seguía sin embargo uniéndonos». Y al final lo que puede desvelar la absurdidad de la vida del hombre es que se asemeja a una simple larva, el que se creía estar en el centro del mundo, como en París, con su “cola de pavorreal” vanidosa y vana, capital cultural de la época, en realidad se da cuenta de la insignificancia de su existencia, y sobre todo de su ignorancia relativa al hombre, lo que justifica entonces esta búsqueda de identidad.


     La bestialización del hombre y la humanización de la bestia muestran claramente la posibilidad de que ambas realidades sean intercomunicables. El epílogo de la experiencia es una mezcla de soledad y espanto: ambos seres quedan atrapados definitivamente. El valor del cuento es la afirmación de su capacidad a abastecer diferentes cuestiones sobre la Historia humana, la Historia literaria y sobre el Hombre en sí. 

Fátima S., LS2



mardi 17 mars 2020

Mañana ¿España será republicana?




      La monarquía constitucional es el régimen actual en España. Fue reubicada después de la muerte de Franco en 1975, quien nombró a Juan Carlos como sucesor. Desempeñó un papel importante en España, en particular durante la Transición Democrática. Sin embargo, después de 39 años en el poder, su imagen se vio empañada. Estos escándalos son en parte la causa de su abdicación en 2014.


      Esto fue percibido como una esperanza por parte de los españoles republicanos. En efecto el régimen republicano, que dominó solo dos veces en la historia de España, nunca desapareció totalmente y la abdicación de Juan Carlos apareció como le esperanza de una nueva República emergente. Los republicanos son principalmente descendientes de los republicanos fusilados bajo el régimen de Franco o incluso, partidos políticos como PSOE o Izquierda Unida aunque son constitucionalistas y respetuosos del Jefe de Estado que es el Rey… Los independentistas como por ejemplo parte de los catalanes, son republicanos; y reivindican una Cataluña independiente y la instauración de una República catalana.

      Sin embargo, la República no la aceptan todos, ya que algunos siguen comprometidos con la estabilidad de la monarquía. En efecto, para que el republicanismo sea aceptado, los republicanos deben convencer de que son capaces de construir un futuro con propuestas concretas. Hasta ahora, los partidos republicanos no representan suficientemente la estabilidad, tienen poco reconocimiento de los demás partidos y pocos escaños en el Congreso de Diputados. También sería necesaria una gran ruptura democrática que parece imposible con el fin de la monarquía y la Constitución.


     Es difícil saber si, incluso después de todo esto, España podría convertirse en República, pero no se puede negar que la República ocupa un lugar cada vez más importante en las conciencias.

Mérianne M. (EC1)


 

     El fin del reinado de Juan Carlos estuvo marcado por el desamor de parte del pueblo español y el ascenso de los republicanos. Cabe preguntarse si, con la llegada de Felipe VI, que parece más apreciado, ¿España se convertirá mañana en una  República? Así me interesaré en el ascenso de los republicanos y luego evocaré la persistencia de la monarquía.


      España ha conocido un sistema político republicano sólo durante dos cortos períodos de su historia, con un total de menos de 10 años. Y cada vez más gente quiere volver a este régimen. En efecto, en un contexto general de pérdida de confianza de los españoles en sus instituciones, como consecuencia de los escándalos político-financieros, al Rey ya no se le considera como una persona sagrada y es objeto de muchas críticas desde 2007. En junio de 2014, tras la abdicación de Juan Carlos, miles de manifestantes pidieron un referéndum sobre el retorno a la República clamando "¡España, mañana, será republicana!"

      Sin embargo, después de la abdicación de Juan Carlos, la monarquía se ha hecho más popular. En efecto, Felipe VI ha permitido modernizar la monarquía. Además, representa la estabilidad, la continuidad y la unidad del régimen. El discurso del Rey sobre la crisis catalana le ha permitido recuperar la confianza de los españoles, aunque provocó la ira de los independentistas.
El 65,1% de los españoles piensa que gracias a su educación la princesa Leonor será una buena reina. Lo que demuestra que los españoles logran proyectarse con la futura reina.


      Así se puede ver que, a pesar de la falta de confianza en las instituciones y el ascenso de los republicanos, los españoles están en su mayoría apegados a los valores monárquicos. A ver si las nuevas tensiones entre Juan Carlos I y Felipe VI no tendrán un efecto desastroso en la Casa Real.

Anaïs L. (EC1)