Hola a todos, estudiantes de ayer, hoy y mañana...

Bienvenido/a en el blog dedicado a la enseñanza del castellano en clases preparatorias del Instituto Saint-Exupéry de Mantes-La-Jolie. Abre los ojos y lo encontrarás todo: programas de literatura y civilización, enlaces para artículos, vídeos o fotogalerías, consejos de lecturas, ideas para ver películas o escuchar música, proyectos culturales a gran escala, diarios y testimonios de estudiantes, sin olvidar unas correcciones...

samedi 11 novembre 2017

40 años de democracia


La sociedad española debe sentirse especialmente orgullosa de haber conseguido, sin traumas, la consolidación de un marco político y social que le ha permitido avanzar y ejercer un papel relevante en la escena internacional al cumplirse 40 años de las primeras elecciones democráticas después del régimen autoritario salido de la Guerra Civil. Cuatro décadas marcadas por una voluntad de reconciliación y consenso que han conformado el carácter ético de una nación que dejó atrás los agravios, las luchas fratricidas y las tentaciones totalitarias. Pero esta conmemoración no debe teñirse de nostalgia. Debería servir para ratificar la voluntad común de los españoles de revivir la misma experiencia que hizo posible la Transición y que se refleja en nuestro texto constitucional.
Juan García. Cáceres.
13.08.2017 

En Cartas al Director
El País

jeudi 28 septembre 2017

Historia, no combate : cómo se hace una síntesis, cómo se anuncia el comentario personal




Enseñar lo que fueron ciertos momentos claves de la historia nacional en vez de hacer de esa historia un objeto de polémica marcada por la ideología, es precisamente lo que se debate en España desde el fin de la dictadura franquista. Pas de présentation scolaire du texte mais une contextualisation, une mise en perspective.

Ya que una sociedad se construye a partir de lo que pudo vivir en el pasado y de unos sentimientos ambivalentes acerca de éste – nostalgia para unos o rechazo para otros – España parece incapaz de encontrar un término medio que sería el de la contemplación serena de su historia reciente que va de 1931 a 1975, una historia que sigue marcando e interesando a todas las capas de la sociedad como lo demuestran las políticas municipales en torno al callejero o las instalaciones de lugares de memoria, los empeños de los familiares de víctimas republicanas en abrir fosas o las obras de los novelistas más famosos que no vacilan en hurgar en su propio pasado familiar.

Pero ¿cómo pudiera actuar de forma serena la sociedad española cuando el propio Estado es incapaz de indicar el rumbo de forma clara  a las Administraciones públicas en cuanto a las exhumaciones de los restos sepultados en fosas comunes tal como lo prevé la Ley de Memoria Histórica del 2007 ? Es lo que lamentan los historiadores que consideran que con esa nueva generación de los nietos ya es tiempo para abrir las fosas pero también para comprender unos acontecimientos que se silenciaron en tiempos de la Transición – aunque comenzó la labor de reconocimiento y de indemnización de las víctimas republicanas - por razones que se puede comprender como la necesidad de desmantelar el viejo edificio franquista en la base del consenso de partidos y la de priorizar, considerando que lo más urgente era la elaboración de la Cosntitución y la integración en la Comunidad Europea.

Quizá sea Tony Judt el que logre analizar de la forma más tajante la realidad de las relaciones ambivalentes que mantiene España con su pasado. Según él, el abrir las fosas es una necesidad histórica y no política; por eso instrumentalizar esas exhumaciones - lo que hace tanto la izquierda como la derecha - es la demostración de la incapacidad de los españoles a recordar y pues a olvidar. Así que aboga por una labor histórica renovada que tome en cuenta nuevas metodologías y nuevos instrumentos conceptuales frente a una memoria demasiado pasional y recuperada por los bandos politicos que consideran que existe una sola lectura, la suya propia. Los historiadores de hoy no pueden investigar bajo la presión de los partidos : ni consenso ni subjetivismo sistemático, es lo que piden también Santos Juliá o Paul Preston.

Considerar que existen varias lecturas posibles del acontecimiento histórico es acabar con ciertos mitos como el de la Segunda República, reconociendo que pudo existir un « terror rojo » para citar el título de la obra de Julius Ruiz o que a veces hubo fraude en las elecciones como las del 36. Lo que se pide es que, habiendo pasado los tiempos de la propaganda, los españoles sean ahora capaces de hacer lo que hicieron los italianos o los franceses o sea desmontar el discurso dominante para descubrir la realidad a veces confusa y movediza.

El texto evoca en diferentes ocasiones la necesidad de investigar en los años de la Segunda Repúlica. Se ha podido decir que la República española había perdido la guerra en los hechos pero no en el terreno de las ideas. Es lo que yo quisiera comentar evocando la construcción del mito republicano en España así como la permanencia de los viejos odios incluso en el debate actual sobre la posible independencia catalana. Choisir un sujet de commentaire suscité par le texte, utiliser sciemment la première personne du singulier pour se mettre en avant, annoncer le plan de façon non scolaire.

Para saber más :
-          FICHE República
-          FICHE Fosas comunes
-          FICHE Símbolos franquistas en la España de hoy

lundi 1 mai 2017

Modelo territorial


      Mientras que en 1978 la Constitución reconocía a España como una nación indivisible de 17 Autonomías, ahora el modelo territorial está en crisis. Efectivamente, cada vez más desigualdades aparecen entre las diferentes Comunidades de España y el deseo de independencia de ciertas Autonomías es creciente. A pesar de todo un 35,7% de los españoles sigue apoyando el modelo territorial: intentaré explicarlo.

       Si parte de la población de Cataluña y el País Vasco reivindica su independencia, no es el caso de un 35,7% de los españoles que apoya el sistema de Autonomías. Cabe notar que ciertos españoles se sienten tan españoles como ciudadanos de su región y no quieren que se olvide una de esas identidades. Además, algunas Autonomías son más desfavorecidas que otras y les resulta útil quedar en España para no encontrarse solas frente a la globalización. El Estado de Autonomías permite también un reparto de las competencias entre el Estado nacional y los gobiernos autonómicos, que pueden decidir solos de la organización de la policía, del urbanismo o también de la cultura por ejemplo. El 35,7% de los españoles cree todavía en el modelo territorial porque es posible corregir sus defectos, reformando la Constitución y el reparto de competencias y con un diálogo verdadero entre la Moncloa y los diferentes gobiernos autonómicos.

      Al fin y al cabo, a mí me parece que un 35,7% de los españoles sigue apoyando el modelo territorial porque cree que es posible superar sus defectos. Mejor una convivencia renovada que un divorcio definitivo.

Jeanne (ECE1)
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     ¡Escucha España! fue el grito de la Diada de 2012 que parte de los catalanes sigue gritando. Pero se puede decir que corresponde también al proyecto de muchos españoles que piden una reforma del modelo territorial. Sin embargo, se puede hacer la pregunta siguiente: ¿Cuáles son las razones por las que el modelo territorial actual lo apoya el 37,7% de los españoles?

     Opino que, con la coyuntura actual y lo que había ocurrido en España el año pasado, los españoles, o parte de los españoles, tienen miedo. De hecho, hacer una reforma significa hacer nuevas elecciones y quizás generar de nuevo una inestabilidad política. Hacer una reforma de los artículos fundamentales de la Constitución puede ser peligroso.

     Además, algunos pueden pensar que este modelo es perfecto, y que funciona. Ha sido el fruto de una labor ardua, la de la Constitución de 1978. Esta gente considera la Carta Magna como inscrita en el mármol. En este sentido, reformar es cuestionar todas las capas de las instituciones y aceptar que existe un problema. Para parte de los españoles y políticos, es todavía difícil aceptarlo.

     Hay que poner en perspectiva este porcentaje. El 35,7% no encarna la mayoría sino una minoría. O sea que hay muchas personas a favor de una reforma para acabar con la cuestión de las Autonomías o del reparto de las competencias… Por fin, la cuestión del modelo territorial es central pero ¿qué futuro para el Estado de Autonomías con el actual jefe del gobierno Mariano Rajoy que se impone como el hombre de la inactividad?

Marie-France G. (EC1)




dimanche 23 avril 2017

España ante el Estado de Autonomías




1-      Según ese profesor de la Universidad Carlos III, ¿qué proyecto necesita España ?


Unas semanas antes de la segunda votación de los españoles en las elecciones generales, José Antonio Gómez Yánez hace un balance de la situación en la que se encuentra España y propone remedios.


Lo que necesita España es sobre todo que los partidos políticos sean capaces de adoptar una postura clara y razonable sobre la resolución de la crisis económica y el nuevo rumbo necesario en materia de organización territorial, competencia económica o relaciones con la UE porque como lo recordaron Felipe González o Francisco Ayala en otros tiempos, lo que resulta urgente es idear un proyecto viable y consensual a largo plazo.


Hoy todos perciben que, pese a los logros, el proyecto de la Transición se ha estancado y ha conducido a un Estado de Autonomías minado por la burocratización, unas Administraciones corruptas e ineficientes, el despedazamiento del sistema nacional de salud y el caos fiscal. Si España se exporta con marcas dinámicas e innovadoras en muchos sectores, los comportamientos político-administrativos tienen que evolucionar y tomar ejemplo en los profesionales del sector privado que triunfan.


Lo que necesita España es menos politización y más pragmatismo para reformar las pensiones, el sistema bancario, los partidos y los sindicatos. Con menos leyes y más eficacia la nación acabará por renovarse.



2-      Hoy el 35,7% de los españoles sigue apoyando el modelo territorial actual, a pesar de toso sus defectos. ¿Cómo lo explica Usted ?


Hoy la mayoría de las Comunidades Autónomas vive con normalidad y orgullo un autogobierno que ha servido, según consenso de la mayoría de políticos y expertos, para impulsar un desarrollo económico y social en toda España, y ayudar a equilibrar las desigualdades entre territorios heredadas de décadas de centralismo. Si una mayoría de los españoles sigue apoyando ese modelo es que éste se ha elaborado en el contexto de la vuelta a la democracia y la integración de España en la Comunidad Europea.


 Por eso resulta imprescindible recordar esa historia reciente a la que muchos españoles están apegados. Así los constituyentes de 1978 quisieron dar respuesta a las demandas frustradas de un mayor autogobierno en territorios históricos como Cataluña, el País Vasco, y en menor medida Navarra y Galicia. Diseñaron un sistema abierto que diferenciaba “regiones y nacionalidades” (y no « nación », tema tabú) con la intención en primer término de que fueran estas comunidades las que recuperaran el régimen estatutario desarrollado durante la Segunda República y que frustró de raíz la Guerra Civil y los siguientes cuarenta años de franquismo. El fallido intento de golpe de Estado, fruto en gran parte de la irritación de los militares por el avance del autonomismo, infundió un considerable temor en las dos principales formaciones políticas de la época, el PSOE y la UCD, y comenzó un proceso de armonización de competencias por arriba de todas las comunidades. Pactos posteriores y reformas sucesivas de los Estatutos han creado 17 comunidades autónomas con competencias muy similares a las de los miembros de un Estado federal: sanidad, educación e impuestos, fundamentalmente.


Dos son los problemas a los que hace hoy frente el diseño territorial de España, y el nudo gordiano solo se deshará si se consigue dar con una solución común a aspiraciones que, en un principio, parecen irreconciliables. Por un lado, son cada vez más las voces académicas y políticas que reclaman cerrar ya una estructura que, por su naturaleza, ha sido permanentemente expansiva. La cuestión es saber cómo se cierra : ¿llegando más lejos como lo propone el PSOE que invita a “avanzar hacia el federalismo con todas sus consecuencias” o sea a poner nombre en el texto constitucional a cada comunidad autónoma, “desarrollar los mecanismos de cooperación institucional” entre el Gobierno central y las distintas Autonomías (el reclamado principio de lealtad federal), convertir el Senado en la verdadera Cámara territorial, lograr una financiación autonómica suficiente, justa y solidaria, y “respetar las identidades diferenciadas dentro de España” ?


Por otro lado existe el rechazo al "derecho a existir" reclamado en Cataluña y latente en el País Vasco. Un término que, desde el lado opuesto, se identifica como un derecho de autodeterminación camuflado que solo correspondería, en derecho internacional, a las antiguas colonias, y que desde el soberanismo catalán se defiende como la expresión última de un principio que, afirman, prevalece sobre la propia ley: el principio democrático. Las Comunidades Autónomas deben ser capaces de adoptar decisiones internas, pero por los cauces legales. En el llamado derecho a decidir está en juego la soberanía, que según establece la Constitución reside únicamente en el pueblo español. El problema reside en que la solución federalista, con su carga igualitaria, no gusta a nacionalistas ni independentistas que en el caso de Cataluña han renunciado a la vía estatutaria y persiguen la secesión. 


            Ahora bien ni el proyecto federalista, proyecto más bien socialista, cuando el PSOE está atravesando una crisis política interna mayor, ni el secesionismo catalán parecen encontrar el eco suficiente para desembocar en algo viable y duradero. Serían dos aventuras con futuro incierto y lo que quiere la mayoría de los españoles es estabilidad y serenidad.

samedi 22 avril 2017

Rajoy, ¿otro Quijote?



1-      Según el columnista, ¿qué papel pretende desempeñar Mariano Rajoy tras el Brexit ?

Con determinación y seriedad pretende actuar Mariano Rajoy tanto en el escenario político español como en la UE. Así se presentó en el Congreso del PPE en Malta, como el más europeísta y confiado en la capacidad de los europeos para sortear la crisis tan económica como moral. Tras el Brexit y ante un porvenir incierto dado el auge de los populismos, sigue creyendo en el proyecto europeo con tal que las naciones queden unidas. Para él, la UE es antes de todo un « ideal noble » que cabe en tres palabras : paz, democracia y solidaridad.

La visión que tiene Rajoy y con él, los dirigentes del PPE es la del « mejor mundo posible ». Para ellos la integración europea es el mejor proyecto para afrontar los desafíos que son las crisis económicas, los flujos migratorios o la seguridad de las poblaciones, las relaciones con Turquía y el Magreb. Cabe insistir en los logros y los avances que han conocido los europeos y recordar que la construcción europea es un modelo para muchas naciones en el mundo como espacio de intercambios y de protección de los ciudadanos.

Lo que pretende hacer el jefe del Ejecutico español es defender una visión entusiasta de la integración europea que tiene que afrontar dos amenazas : La primera es el pesimismo generalizado. Por eso resulta necesario “hablar bien de Europa”, de lo que ha sabido hacer para recuperarse de la crisis y crear empleos. La segunda es el inmovilismo. Aunque los europeos están viviendo una crisis política profunda con el Brexit, aunque arrecia el populismo por todas partes, hay que recordar que la historia de la UE está marcada por una serie de crisis de las que siempre ha sabido aprender.


2-      Según Usted, ¿puede seguir avanzando Europa ?

El filósofo español Ortega y Gasset solía decir que « los europeos no saben vivir si no van lanzados en una gran empresa. Cuando falta… se les descoyunta el alma. » Tras el terremoto que ha podido ser el anuncio del Brexit y la victoria del proteccionista Trump en los Estados Unidos, una se puede preguntar si siguen existiendo grandes empresas para la UE.

La primera ha de ser la consolidación del proyecto europeo para acabar con todas las propuestas secesionistas que seducen a unas poblaciones inquietas ante el auge de las desigualdades sociales y la aceleración de los conflictos internacionales. Lo que le falta al proyecto es coherencia y unidad para responder de forma más colectiva a unas amenazas globales como los ataques terroristas o el calentamiento climático. Más colaboración entre los servicios de inteligencia, la creación de un ejército europeo, más unidad en el desarrollo de las energías verdes por ser una de las prioridades para la humanidad pero también por ser un sector clave de creación de empleos duraderos es lo que esperan las sociedades que no quieren menos sino más Europa. Lo que quieren los europeos es una Europa más social, más protectora y más política.

En efecto, lo que reveló el episodio reciente entre ciertos países europeos y el presidente turco Erdogan es la incapacidad de la UE de presentarse como un espacio cohesionado políticamente. Y la verdad es que existe una verdadera brecha entre las naciones que siguen defendiendo el concepto de democracia y ciertos regímenes como Hungría o Polonia. Por eso se puede contemplar la posibilidad de idear un nuevo espacio, quizá más retringido, en el que se renueve el pacto democrático con el fin de consolidar los derechos fundamentales y la lucha contra la xenofobia, el antisemitismo, las violencias de género o la homofobia. Sin excluir a nadie de forma unilateral, se puede recordar que una nación tiene que respetar la cláusula democrática si quiere permanecer en la UE. Si los miembros del Mercosur suspendieron al Venezuela de Maduro, ¿por qué no hacer lo mismo con las naciones que optan por dirigentes como Viktor Orbán o Andrzej Duda?

Para acabar con el euroesceptismo cabe recordar que la UE ha conocido el periodo de paz más largo de la historia del continente y que en vez de acabar con un proyecto incompleto o imperfecto, queda una solución más simple que consiste en reformar para mejorar. Si se considera que la UE acaba de cerrar la página de la transición que le ha permitido pasar de la guerra a la paz, ¡que entre en la nueva etapa de la consolidación con determinación y esperanza !