Hola a todos, estudiantes de ayer, hoy y mañana...

Bienvenido/a en el blog dedicado a la enseñanza del castellano en clases preparatorias del Instituto Saint-Exupéry de Mantes-La-Jolie. Abre los ojos y lo encontrarás todo: programas de literatura y civilización, enlaces para artículos, vídeos o fotogalerías, consejos de lecturas, ideas para ver películas o escuchar música, proyectos culturales a gran escala, diarios y testimonios de estudiantes, sin olvidar unas correcciones...

dimanche 30 décembre 2018

Globalización y política global

https://elpais.com/economia/2018/08/15/actualidad/1534350525_181401.html


     El crecimiento económico del siglo XXI se explica por una multiplicación espectacular del comercio de bienes, servicios y capitales y el aumento de los flujos migratorios entre países. Sin embargo, los autores muestran que la globalización se basa en políticas nacionales y no supranacionales, lo que plantea muchos problemas en la actualidad. Por eso presentan el fortalecimiento de una política global como el "desafío central" de este siglo.


     En primer lugar, la proliferación de empresas multinacionales requiere un marco a su escala, es decir, unas instituciones que establezcan las reglas en términos de impuestos, gastos públicos, inversiones... para que estas empresas puedan desarrollarse e impulsar la economía global y no solo la de unos cuantos países, como se ve actualmente en el sector digital. El establecimiento de instituciones complementarias del FMI y la OMC así como la reforma necesarias de éstas deben impedir la creación de nuevas desigualdades entre los territorios.


     Además, el desafío es legitimar estas nuevas instituciones internacionales a través del respeto al proceso democrático, gestionando con transparencia las informaciones, los debates políticos globales, los votos de los ciudadanos, para que los Estados armonicen las políticas, incluso con leyes comunes para todos - sobre controles de datos o competencia por ejemplo - y acuerdos multilaterales justos. La globalización necesita convencer a las sociedades y lo hará si es capaz de resolver problemas mayores como el calentamiento global.


     Finalmente las generaciones actuales deben afrontar males como el aumento de las desigualdades y el populismo que son problemas globales. Así, para los autores, su arma de combate será la colaboración justa e eficiente mediante el establecimiento de unas instituciones fidedignas.

Héloïse M. (ECE2)


     Mientras que la globalización ha empujado a los Estados hacia mercados cada vez más abiertos, la futura Ministra de Agricultura de Brasil, Tereza Cristina Correa Da Costa Dias, afirmó que su país pudiera abandonar Mercosur. Entonces cabe preguntarse si el "efecto Trump" en las Américas no marca el fin de la integración latinoamericana. 


     Con las victorias del Trumpismo en el Norte y en el Sur, los mercados de integración regional parecen estar estancados, minados por dificultades internas en los Estados miembros pero también por tensiones interestatales. América Latina también pudiera experimentar su propio "Brexit". De hecho Brasil sería capaz de abandonar el Mercosur cuando lo fundó hace unas décadas. Además, seis países han suspendido su participación en UNASUR ante la falta de Presidencia y el TLCAN ha sido reemplazado por un nuevo acuerdo que no satisface a nadie, AEUMC.


     La elección de mandatarios emblemáticos como Trump o Bolsonaro genera un aumento del proteccionismo que pudiera acabar con la era del multilateralismo. La presidencia de Trump ha traído un nuevo clima de conflictos a las Cumbres, intentando Estados Unidos recuperar su hegemonía para frenar el ascenso de China. Ahora agrega a Bolsonaro, el "Trump tropical" en su estrategia, quien a su vez anuncia una ruptura en las relaciones diplomáticas con Cuba por ejemplo. Por ser una amenaza para la democracia en el Cono Sur, la elección del candidato antisistema es un punto de inflexión para toda la región.


     Ya que integración y democratización son dos procesos interconectados, el proyecto que remonta a los 60 parece hoy declinante en un contecto continental marcado por el auge de los proteccionismos y los populismos autoritarios que provocan oleadas migratorias vistas como invasiones y motivos de desestabilizaciones.


Laura W. (ECE2)


 

vendredi 28 décembre 2018

Más integración, menos democracia







El año 2016 habrá sido el de las sorpresas en el continente americano.

La primera son los resultados inesperados del informe Latinobarómetro que cubre 18 países de la región. Cuando los europeos dudan acerca de su proyecto común, los latinoamericanos piden a los dirigentes políticos que imiten la construcción europea que consideran como el mejor modelo para alcanzar el desarrollo y acabar con la heterogeneidad y la incoherencia de los mercados ya existentes.

La segunda noticia sorprendente es que, de forma paradójica, los latinoamericanos parecen dispuestos a optar por más integración y menos democracia, olvidando al parecer que la integración supone el respeto a las cláusulas democráticas. En realidad el informe destaca que las sociedades latinoamericanas son capaces de sacar conclusiones de las últimas décadas en las que la democracia la afearon las políticas corruptas e ineficaces.

Si quieren más integración política es que hacen el balance de una década de regímenes populistas y muy marcados por la ideología. Para la mayoría, la integración política es una evidencia en un territorio con lengua y cultura comunes que permiten remitir a una identidad subcontinental. Si optan por más inversiones y capitales externos, pese a lo que condenaron los gobiernos de izquierda, es que se dan cuenta de que en un mundo globalizado, América Latina no puede quedar marginada.

Lo que parecen evidenciar los sondeos es la alta conciencia social de los latinoamericanos que necesitan recobrar confianza en el sistema democrático que ha de traerles más bienestar económico.


Comentario EDM 

¿Qué futuro para las relaciones eurolatinoamericanas?


Tras la crisis de los refugiados, el Brexit y en vísperas de las elecciones francesas, Europa parece vacilar y desconfiar de su proyecto que en otros tiempos supuso precisamente convivencia y desarrollo. Del otro lado del Atlántico se produce un giro político tanto en EE UU como en América del Sur. En ese contexto movedizo ¿qué futuro común pueden esperar europeos y latinoamericanos ?

En realidad las relaciones eurolatinoamericanas siempre han carecido de un proyecto político a largo plazo. Se ha construido y ensanchado la Unión Europea con naciones que miraban más hacia el Este y si España y Portugal negociaron su entrada presentándose como el vínculo histórico entre el Viejo y el Nuevo Mundo, es de recordar que tal argumento no interesaba tanto en los círculos del poder. Sin embargo la UE ha acompañado el proceso de formación del Mercosur desde los incios y en 2000 podían así empezar las ruedas de negociaciones sobre el diálogo político, la cooperación y los intercambios comerciales siendo éstos el punto de divergencia y de enfrentamiento permanente hasta hoy.

El estancamiento del tratado de libre comercio UE-Mercosur encontrará sin duda su solución en lo que está emergiendo en América Latina. Tras la victoria de Mauricio Macri en Argentina y la de Donald Trump en los Estados Unidos, se suceden al vuelo las cumbres y los acontecimientos : suspensión de Venezuela y nuevas orientaciones menos proteccionistas del Mercosur, acercamiento de Argentina y Brasil a la Alianza del Pacífico vista también como tabla de salvación por México que sufre los ataques del nuevo presidente estadounidense, desaparición progresiva de los regímenes de esa izquierda radical que habían atacado duramente las empresas españolas y boicoteado las cumbres iberoamericanas… todo se está preparando para que comience un nuevo ciclo.

Los proyectos son numerosos para los aficionados a la integración : infraestructuras, cuestiones medioambientales, programas universitarios, producciones artísticas, intercambios comerciales, gestiones de los flujos humanos. Las relaciones eurolatinoamericanas pueden ser una opción frente al proteccionismo del nuevo inquilino de la Casa Blanca y como contrapeso a unas economías rusa y china poco duraderas.

jeudi 27 décembre 2018

Vargas Llosa y la integración latinoamericana

"Lo que necesitamos es que América Latina lleve a cabo en el ámbito de la integración las mismas proezas que sus creadores han realizado en el dominio de la literatura, la plástica, la música y el cine." Comente Usted esa aserción del Nobel hispano-peruano Mario Vargas Llosa.




No sorprende que un Premio Nobel de Literatura hispano-peruano salude la gran riqueza de las artes latinoamericanas. Asombra aún menos que un ex candidato a las elecciones peruanas y campeón de un liberalismo humanista abogue por una integración latinoamericana más valiente e innovadora.

Más valor es lo que necesitan las naciones latinomaericanas para alcanzar una integración regional y transnacional más coherente y duradera. Tras esas décadas de descubrimiento de los beneficios de la integración con más estabilidad política, más convenios energéticos y proyectos de desarrollo, más legitimidad en el escenario internacional, ya es hora para hacer un balance de los diferentes mercados y ordenar las varias iniciativas que a veces compiten entre sí : ¿Qué futuro para el Mercosur tras la suspensión de Venezuela y el acercamiento de la Argentina de Macri a la Alianza del Pacífico ? ¿Qué será de CAN tras la aparición de UNASUR y las tensiones recurrentes entre naciones lideradas por mandatarios opuestos en el terreno de la ideología ? ¿Qué futuro para ALBA, respuesta en otros tiempos a ALCA, tras la crisis política y económica en Venezuela y la salida próxima de Evo Morales y Rafael Correa ? Esas diferentes preguntas no son retóricas sino que destacan la realidad de una integración que hoy merece más invención e imaginación.

Imaginar otro continente con menos proteccionismo, menos nacionalismo y menos populismo es precisemente lo que piden unos intelectuales y artistas como el peruano Mario Vargas Llosa, el chileno Jorge Edwards o poco antes de su muerte, el colombiano Gabriel García Márquez convencidos de que lo que necesita la integración es más convivencia, más proyectos comunes, más justicia social. Los desafíos continentales los conocen perfectamentes las sociedades civiles : la lucha contra la corrupción que crea un abismo entre los políticos y los electores, contra los tráficos que desgarran el tejido social y alejan a los turistas, contra las desigualdades que frenan la aparición de una clase media capaz de encarnar un futuro prometedor, contra el populismo que sigue generando tensiones fronterizas y despertando conflictos antiguos, contra las afrentas a los derechos humanos, contra las violencias machistas, contra el calentamiento global. Los últimos sondeos lo demuestran, lo que piden los latinoamericanos es menos ideología y más integración. Eso supone la instalación definitiva de una entidad subcontinental con parlamento supranacional y moneda única : la concentración con la que soñaba Bolívar…

Novelista, ensayista, periodista, Mario Vargas Llosa habrá marcado profundamente esas décadas dementes en las que América Latina ha entrado en la mundialización. El futuro está por delante y dependerá de muchos factores : la capacidad o incapacidad de Trump a cumplir sus promesas de campaña, el devenir de las economías china y rusa, la supervivencia de la Unión Europea tras el Brexit y las elecciones presidenciales francesas, las nuevas orientaciones de la economía globalizada y el deseo de los hombres a vivir en paz en unas sociedades conscientes de los desafíos medioambientales.






Mario Vargas Llosa, el Nobel hispano-peruano recibido por Mauricio Macri, dijo que “lo que necesitamos es que América Latina lleve a cabo en el ámbito de la integración las mismas proezas que sus creadores han realizado en el dominio de la literatura, la plástica, la música y el cine”, porque ¿en qué medida la integración latinoamericana carece de magia y no es suficiente ni eficiente?


Claro que las proezas en el dominio de la integración no se han llevado a cabo desde hace mucho tiempo, y que la crisis de 2008 ha debilitado ciertos países de América Latina como Venezuela, Chile o México, lo que explica por qué la integración está llegando a un callejón sin salida. Por eso, el Mercosur vive una crisis política cuando vemos que Brasil, aunque era el líder del subcontinente desde hacía muchos años, ha perdido su liderazgo con la destitución de Dilma Rousseff ese verano, lo que debilita los intercambios económicos.


Además, aunque el continente es muy rico energéticamente, carece de instituciones supranacionales capaces de resolver esa cuestión energética. Es necesario que la Olade realmente haga proezas sobre las energías renovables para que la integración energética cobre sentido. Pues establecer los Estados Unidos de América del Sur puede ser la solución, como lo soñó Simón Bolívar, para intensificar una integración con acciones concretas. 


Sin embargo, lo que es una proeza es que los países de América Latina sean actualmente los únicos que quieran cada vez más integración, cuando el viejo continente, con el choque del Brexit, y los EEUU con el trumpismo, se ensimisman y amenazan la perennidad del orden mundial. Así América Latina resiste, especialmente con la Alianza del Pacifico que adquiere un papel diplomático y económico evidente. 


Finalmente, la cultura podría servir de acicate para una integración tan mágica como prodigiosa.


Kahina (ECE2)